DE CERCA: Laura Pérez Maldonado, trabajadora social de Hospital Casaverde Valladolid
- ¿Dónde te formaste?
Estudié el Grado de Trabajo Social en la Universidad de Valladolid y posteriormente el Máster de Trabajo Social Sanitario en la Universitat Oberta de Catalunya. Inmediatamente comencé a trabajar en la atención a pacientes con Daño Cerebral Adquirido en el tercer sector y, a posteriori, en el ámbito de la rehabilitación neurológica.
- ¿Cuáles son tus funciones en el Hospital Casaverde Valladolid como Trabajadora Social?
Afortunadamente, he formado parte de este gran proyecto desde la apertura del centro.
Mi labor comienza en la organización y planificación de los ingresos de los pacientes. Generalmente, proceden de los Hospitales de Agudos tras encontrarse estables clínicamente y, por lo tanto, en condiciones óptimas para comenzar la rehabilitación neurológica.
Dado que el paciente presenta necesidades sanitarias y sociales en el momento del ingreso, planteamos una atención integral, de manera que, junto al equipo multidisciplinar, valoramos su situación y procedemos a programar un plan de trabajo y una serie de objetivos terapéuticos. A medida que avanza el tratamiento rehabilitador, se realiza un seguimiento del mismo con el fin de analizar la evolución del progreso y replantear los objetivos iniciales si fuese necesario.
En este caso, el daño cerebral surge de repente y nadie está preparado para afrontarlo, por lo que además de superar el golpe emocional de esta nueva situación, también hay que aceptar las posibles secuelas temporales o permanentes que afectan a la dinámica familiar, lo que supone apoyar tanto al paciente como a su familia desde el principio del proceso, con el fin de trabajar la adaptación a esta nueva realidad mediante la reorganización de recursos personales, o la necesidad de determinados apoyos que antes no eran necesarios.
Si bien es cierto que el primer día está lleno de dudas, frustración y miedo, a medida que pasa el tiempo, esas sensaciones se convierten en confianza, autoestima y tranquilidad.
En este sentido, analizamos la situación de cada paciente y valoramos el recurso más adecuado a sus necesidades, organizando su regreso al domicilio en coordinación con los distintos contextos en los que está ubicada la persona.
De esta manera, ofrezco información y asesoramiento sobre el acceso a recursos a través de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, apoyo en la solicitud del grado de discapacidad, oriento sobre prestaciones de la Seguridad Social, etc. Siempre en coordinación con los Servicios Sociales Comunitarios, la trabajadora social del hospital de referencia del paciente y de su Centro de Atención Primaria de Salud, así como con los servicios de apoyo que ofrecen las entidades del tercer sector, como son las asociaciones de pacientes.
- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Lo que más valoro de mi trabajo es apreciar cómo los pacientes recuperan progresivamente su autonomía gracias al trabajo diario que realizamos desde su ingreso hasta su alta. Si bien es cierto que el primer día está lleno de dudas, frustración y miedo, a medida que pasa el tiempo, esas sensaciones se convierten en confianza, autoestima y tranquilidad.
Asimismo, el agradecimiento que transmiten los pacientes y sus familias por la atención, la escucha, el apoyo y la comprensión que reciben, es sin duda lo más gratificante de mi día a día.