Adquirir hábitos saludables en la infancia a través del juego mejora la calidad de vida en la adolescencia y en la edad adulta
Entendemos por hábitos, aquellas conductas que tenemos asumidas como propias en nuestra vida cotidiana. Y las consideramos saludables ya que inciden positivamente en nuestro bienestar físico, mental y social.
Durante la etapa infantil, se deben adquirir/aprender ciertas conductas que se irán poniendo en práctica a lo largo del tiempo sin la supervisión del adulto. Para ello, el autoconocimiento, los espacios de reflexión y escucha, junto con un ambiente seguro son claves para su desarrollo.
Estos hábitos saludables se van adquiriendo a través del juego como herramienta ya que es la ocupación más significativa de la infancia y el eje de su desarrollo motor, cognitivo, emocional y social. Los niños y niñas, basan su aprendizaje a través de la observación y la imitación de sus referentes. Por ejemplo, si ven que después de comer un adulto se lava las manos y los dientes, ellos también lo querrán hacer.
Nuestro trabajo/responsabilidad, como profesionales de la educación, tutores, padres y madres y adultos, se caracteriza por acompañar al niño y niña en la adquisición de la máxima autonomía en cada una de las áreas de ocupación. Esto les va a permitir asentar su identidad personal y una participación social plena. Les enseñaremos a ser autónomos y practicar el autocuidado. Como también les mostraremos la sensación de bienestar que generan los hábitos saludables.
Para participar de manera activa en la adquisición de hábitos saludables, el Grupo Casaverde. a través de su proyecto Casita Verde, ha lanzado unos cuentos dirigidos a niños y niñas de 7 a 11 años en los que se tratan de manera divertida temas tan importantes como la alimentación, emociones o hábitos saludables. En toda la colección, Emma y Oliver, personajes principales, tratarán de salvar el mundo de diferentes villanos que tienen como objetivo apoderarse del mundo. En el tercer libro de esta colección, se trata específicamente de la importancia de adquirir hábitos saludables, en concreto el autocuidado. Aprenderán a través del cuento y de sus actividades la importancia de los hábitos de autocuidado. Siempre de manera amena y divertida.
Para que nos hagamos una idea sobre la adquisición de hábitos saludables, a continuación, mostramos dichas adquisiciones a lo largo de las diferentes etapas del desarrollo de un niño y niña, según su edad. Siempre orientativo ya que, si un niño y niña no realiza determinada actividad en una etapa concreta del desarrollo, no quiere decir que tenga un problema. Cada individuo tiene una evolución y más tarde o más temprano, si no se presenta ninguna patología del desarrollo, adquirirá dichos hábitos.
En el caso de la Higiene:
- 1-2 años: Coopera en el uso del jabón.
- 3-4 años: Participa activamente en la ducha (asistencia y supervisión). Se limpia la cara. Lava las manos con supervisión y mínimas pautas verbales, participa activamente en el lavado de dientes (con supervisión) y coopera para cepillarse el cabello.
- 5-6 años: Supervisión solamente para la limpieza y cepillado de dientes. Se baña con ayuda para preparar el agua y lavarse el cabello, con supervisión para la seguridad.
- 7-8 años: Independiente para bañarse y limpiarse, aunque en algunas ocasiones requiera pautas. Puede preparar el agua de manera autónoma (temperatura y profundidad).
- Mayores de 10 años: Tienen mayor interés por su apariencia y por actividades de limpieza. Realizan actividades de cuidado personal totalmente de manera independiente. Lavado de cara, dientes, ducha, etc.
Como niños que son, estos se cuestionan todo. Por lo que aparte de copiar los actos de los adultos, se preguntan por qué se hacen dichas acciones. Así que es recomendable explicar por qué es importante adquirir dichos hábitos. Como, por ejemplo:
- Lavado de manos: Aunque es un conocimiento básico para los adultos, los niños y niñas deben de comprender en qué momento y por qué lavarse las manos con agua y jabón.
- Dientes limpios: Se sabe de la importancia de cepillarse después de cada comida desde que sale la primera pieza dental. Además de ser un factor que ayuda a la apariencia física, hay que explicarle en qué le beneficia la salud bucodental.
- Baño: Hay una etapa en ellos en la que aparece la pereza a la hora de “entrar al agua”. Pero si una vez realizada esta situación, se le refuerza positivamente con frases como: “qué mayor eres ya, que lo has hecho solo. Hueles fenomenal, etc.” Seguro que, sin darnos cuenta, lo logramos.
En conclusión, al final todos los niños conseguirán adquirir hábitos saludables y dichas enseñanzas, serán el resultado a lo largo de los años, de mejorar la calidad de vida en la adolescencia y en la edad adulta.
Cristina Tito García.
Terapeuta Ocupacional del Hospital Casaverde Alicante.
Miembro del equipo de redacción de la Colección de libros Casita Verde.