SÍNDROME DE INMOVILISMO POST CUARENTENA
En estos últimos meses, hemos venido hablando de las situaciones a las que nos hemos enfrentado al retomar nuestras actividades de la vida diaria, seguro que muchos de nosotros habremos dicho en algún momento que, “nuestra vida después de esta pandemia no será la misma”. Pues si hay razón en esa expresión, ya que nos hemos tenido que adaptar a nuevos modos de relación, convivencia, actuación, trabajo, deporte, etc… todo lo que nos rodea se ha visto afectado y, lo más importante, nuestra salud.
Al hablar de la salud, nos referimos a un tema que afecta de forma directa a nuestro trabajo. Hablo del “Síndrome de Inmovilismo” o también llamado “Síndrome de Reposo Prolongado”. Se define como Síndrome de Inmovilismo al descenso de la capacidad para desempeñar las actividades de la vida diaria, por el deterioro de las funciones motoras. Se caracteriza por la reducción de la tolerancia a la capacidad física, debilidad muscular progresiva y en casos graves, pérdida de los automatismos y reflejos posturales necesarios para la deambulación.
Muchos de nuestros pacientes se han visto afectados por dicho síndrome y han visto disminuidas capacidades que ya habían adquirido en sus tratamientos como resistencia, coordinación, fuerza muscular, equilibrio, etc…
Durante el periodo de cuarentena nuestros pacientes y sus familiares recibieron información preventiva sobre el manejo en estas situaciones dependiendo de la patología del paciente.
Aunque el síndrome de inmovilismo es uno de los síndromes más comunes en geriatría, no será exclusivo del paciente adulto mayor. Por este motivo, se deben conocer los métodos preventivos en todas sus fases para así poder realizar un manejo adecuado que nos ayudará a contrarrestar los efectos que hacen que aumente la morbimortalidad.
Luis Manuel González Mejías
Fisioterapeuta de la Clínica Casaverde Ambulatoria Badajoz.