CONSECUENCIAS DERIVADAS DE ICTUS

administrador 26 de diciembre de 2018 0 Comentarios

Consecuencias derivadas de ictus.

Embolia, derrame cerebral, accidente cerebrovascular (ACV), infarto cerebral, apoplejía, todos ellos son sinónimos utilizados para referirse a una de las patologías más comunes a día de hoy, el ictus.

Este suceso ocurre cuando los vasos sanguíneos no son capaces de suministrar correctamente la sangre al cerebro. Puede darse por obstrucción de un vaso, lo que causa una disminución del flujo sanguíneo (ictus isquémico), o bien por una rotura de un vaso directamente en el cerebro (ictus hemorrágico).

 

 

Es importante conocer los factores de riesgo que aumentan la posibilidad de sufrir un episodio de ACV, ya que la prevención se centra en controlar dichos factores. La hipertensión, el tabaquismo, la diabetes, la vida sedentaria, el exceso de colesterol en sangre, dietas con exceso de sal o grasas y el padecer o haber padecido ciertas dolencias cardiovasculares, deben ser tomados en cuenta la hora de valorar el riesgo de padecer un ACV.

Pero ¿Qué pasa cuando superas un ictus?

Aunque evidente, es necesario comentar que no todo el mundo logra sobrevivir a un ictus,  alrededor de las dos terceras partes salen adelante, pero no todo acaba aquí. Una vez pasado el episodio comienza una dura etapa de recuperación y superación personal, ya que  la mayoría de personas suelen quedar con algún tipo de secuela, física o cognitiva. Esto crea un cambio de la situación personal, en ocasiones radical, condicionando la vuelta a nuestra vida cotidiana.

Posibles secuelas derivadas de un ictus:

  • Parálisis: Normalmente suele darse en mayor o menor medida algún tipo de parálisis tras el episodio. Si la falta de movilidad es leve, se le denomina Hemiparesia. Por el contrario si es grave nos referimos a ella como Hemiplejía.

Es importante saber que la parálisis se evidencia en el hemicuerpo contrario al hemisferio cerebral en el que sucedió el daño cerebral. De esta manera si el hemisferio cerebral afectado es el derecho, las secuelas se reflejarán en el hemicuerpo izquierdo (y viceversa).

La parálisis puede afectar a la cara, a una pierna, a un brazo o puede afectar a todo un lado del cuerpo. Es por ello que tras sufrir un ictus, actividades tan simples como comer, asearse o ir al cuarto de baño pueden llegar a convertirse en un auténtico reto.

  • Dolor: Normalmente derivado de las complicaciones motoras
  • Déficit en el lenguaje: Las personas que padecen un ictus suelen presentar problemas para comprender o producir lenguaje, o ambas.
  • Problemas cognitivos: No solo el área motora se ve afectada, es muy frecuente encontrar alteraciones cognitivas a nivel de atención, memoria, razonamiento, etc.
  • Trastornos emocionales: Como ya hemos

comentado, tras sufrir el episodio comienza una nueva situación personal en la que probablemente el enfermo se vuelva dependiente de ayuda externa. En estos casos es frecuente que aparezcan cuadros depresivos o de ansiedad.

Todos estos factores pueden ser intervenidos con el objetivo de minimizar las secuelas todo lo posible. Es por esto que es necesario rodearse de buenos especialistas que puedan contribuir a la rehabilitación en todos los niveles. Médicos, fisioterapeutas, logopedas, psicólogos y terapeutas ocupacionales serán los encargados de guiar al paciente hacia el mejor estado posible tras su lesión.