Procesamiento emocional y daño cerebral
Cuando existe un daño cerebral por distintas causas, ya sea por traumatismo craneoencefálico, enfermedad neurodegenerativa o Ictus, se puede producir un déficit en el procesamiento emocional, viéndose afectada la manera en que percibimos emociones en los otros o la manera en la que procesamos nuestras propias emociones y las reacciones ante ellas.
Hay dos estructuras cerebrales, entre otras, implicadas en el procesamiento emocional. Existe la amígdala, estructura muy antigua evolutivamente encontrándose en las partes más profundas del encéfalo, donde se generan las emociones más básicas y primarias (miedo, tristeza, agresividad…). Esta estructura se encuentra en la mayor parte del reino animal y está relacionado con el sistema de aprendizaje de recompensa cerebral. En ella se producen los aprendizajes más básicos para la supervivencia. Existe otra zona cerebral que es el neocórtex, y más concretamente el neocórtex frontal, que es exclusivamente humano y muy moderno evolutivamente. Dicha zona se encarga de procesar las emociones, de regularlas y activar conductas ante ellas y de darle un significado a la experiencia emocional.
Cuando existen daños en este neocórtex frontal pueden surgir dificultades en la identificación de emociones ajenas quedando dañada la capacidad de empatizar con el otro. También puede verse afectada la capacidad de dar una reacción emocional ajustada a la realidad por lo que por pequeños incidentes pueden ocasionar grandes reacciones emocionales y al contrario, ante incidentes emocionales de gran impacto se producen reacciones emocionales mínimas o inexistentes. En el mismo sentido puede haber una discordancia entre la vivencia emocional y la expresión emocional del paciente, por lo que vivencias tristes pueden ocasionar risas o bromas.
También puede verse dañado el sistema amigdalino o las zonas más profundas cerebrales ante la existencia de focos epileptógenos en estas zonas, provocando fuertes reacciones emocionales de agresividad, de tristeza o de miedo ante ningún hecho aparente en el ambiente.
Desde los Centros Casaverde de Rehabilitación Neurológica se pone especial atención a estos déficits en el procesamiento emocional. Uno de los mejores instrumentos terapéuticos para realizar una rehabilitación de estos déficits son las Terapias Grupales. Este tipo de terapias nos ofrecen, dentro de un campo controlado, interacciones reales entre individuos que puedan tener esa alteración en el procesamiento emocional dando al Neuropsicólogo la posibilidad de realizar intervenciones en estos aspectos. Por ello durante las Terapias Grupales utilizamos distintas técnicas como:
- Role-playing o teatralizaciones: donde entre dos o más integrantes del grupo tienen que interpretar una serie de papeles en una situación inventada que sea suscitadora de emociones.
- Grupos de Habilidades Sociales: Grupos psicoeducativos donde se le proporcionan a los pacientes habilidades sociales básicas
- Identificaciones entre compañeros: Cuando un compañero este contando un hecho que le esté produciendo algún tipo de emoción, hacer un rondo con los demás participantes del grupo para ver cómo se sienten y si les paso algo parecido y como han reaccionado.
- Juego de “ponerse en situación“: inventamos situaciones imaginarias e intentamos observar las reacciones del paciente.
- El juego del Bingo de las emociones: juego realizado para la identificación de emociones.