FISIOTERAPIA EN LAS LESIONES MEDULARES

administrador 1 de septiembre de 2018 0 Comentarios

Cada año, se producen en España 1000 nuevas lesiones medulares traumáticas, de las cuales más de la mitad tienen como causa accidentes de tráfico. El resto se debe a caídas, golpes, lesiones deportivas o accidentes, destacando los producidos por zambullidas en el agua, que aumentan en los meses de verano. A lo que hay que sumarle un 30% más producidas por enfermedades y procesos médicos, siendo las primeras más frecuentes en hombres e igualándose en ambos sexos las segundas.

La médula espinal es el canal que conecta el cerebro con las diferentes partes del cuerpo y por el que este recibe la información sensorial (tacto, dolor, temperatura, postura) desde la piel y los diferentes sistemas corporales (circulatorio, respiratorio, musculoesquelético…); y envía información motora a través de las raíces nerviosas y nervios que salen de ella y que forman el Sistema Nervioso Periférico (SNP), que también es responsable de controlar funciones involuntarias del cuerpo (respiración, flujo sanguíneo, digestión) y producir las respuestas motoras reflejas.

Los síntomas de las lesiones medulares dependerán del nivel en el que se ha producido la lesión y esta puede darse en la columna cervical, donde se pierde el movimiento y las sensaciones de las 4 extremidades, a lo que se le llama tetraplejia, y se afectan funciones básicas como la respiración; en la columna dorsal, donde se suele mantener las funciones de los brazos y se ve afectada la movilidad y la sensibilidad de las piernas, lo que se denomina como paraplejia; en la zona lumbar, que son las menos complejas y las que producen menos complicaciones, se puede caminar con ayudas técnicas y mantienen la independencia funcional. Estos síntomas también varían dependiendo de si la lesión es completa, donde se verá afectada la parte motora y la sensitiva por completo por debajo de la lesión; o parcial, que dependiendo de las fibras nerviosas dañadas, afectará a la sensibilidad o al movimiento en mayor o menor medida.

La rehabilitación multidisciplinar especializada es imprescindible en los casos de lesión medular. La médula espinal, al igual que el cerebro, muestra capacidad de recuperación y regeneración, conocido como capacidad plástica.  Dicho proceso comienza desde el momento en el que se produce la lesión y se realiza, por parte de un equipo de diferentes profesionales, una evaluación exhaustiva de las necesidades, posibilidades de mejora y posibles complicaciones. Las más frecuentes suelen ser de tipo respiratorio, circulatorio, intestinales, de vejiga, en la función sexual y reproductiva y la aparición de dolor neurógeno. A nivel muscular se puede dar espasticidad o aumento patológico del tono muscular, que impide la movilización normal de las articulaciones; o flacidez o disminución del tono muscular en el que la musculatura está blanda y no presenta ningún tipo de resistencia a la movilización. Esto se da en la musculatura que queda por debajo de la lesión y el grado depende de cómo sea ésta. En este punto, la fisioterapia se centra en evitar complicaciones de tipo respiratorio y circulatorio y la aparición de zonas de presión y del manteniendo de la musculatura mediante movilizaciones pasivas y cambios posturales que se realizan en la cama. Una vez pasada la fase aguda y haya una consolidación de la lesión, comienza el proceso de rehabilitación, donde se evalúa el alcance real y las posibilidades de tratamiento.

La fisioterapia, como parte del equipo de rehabilitación, utiliza diferentes técnicas de intervención:.

Tratamiento postural: cuyo objetivo tratar de evitar o reducir al máximo posible las complicaciones por malas posturas en la cama o en la silla.

Cinesiterapia: realización de movilizaciones que  pueden ser pasivas, el fisioterapeuta realiza el movimiento las articulaciones afectadas; pasivo-asistidas en las que existe colaboración del paciente en el movimiento; y activas donde el paciente realiza por sí mismo el movimiento. El objetivo es evitar la aparición de rigideces o deformidades en la musculatura y articulaciones afectadas y aumentar la fuerza y la resistencia en las que no lo estén. También se realizan diferentes ejercicios y técnicas en los que se busca una reeducación o mejora de ciertos aspectos como el equilibrio, el control postural, la bipedestación, la marcha, las trasferencias y la independencia funcional.

Hidroterapia: la inmersión en el agua produce una relajación y disminución del tono de la musculatura que, unido a la flotación, hacen posible la realización de ciertos ejercicios que fuera del agua no lo son. Además, la temperatura del agua juega un papel fundamental.

Nuevas tecnologías: como cintas de marcha con suspensión parcial del peso corporal, en las que se realiza una reeducación de la marcha, generando la activación de patrones de marcha a nivel central. En muchos casos sin este tipo de ayudas, la reeducación de la marcha sería muy complicada o imposible.

A todo esto se unen las intervenciones del resto de profesionales, imprescindibles en este ámbito, como el logopeda en caso de lesiones muy elevadas, el terapeuta ocupacional para la recuperación de la independencia en actividades de la vida diaria, el psicólogo para la gestión de emociones y la ayuda familiar, etc. Cada profesional debe aportar su experiencia y saber para que el paciente alcance la máxima funcionalidad y calidad de vida.

 

Lidia Ibarra Jaén

Fisioterapeuta en el centro de daño cerebral y rehabilitación física Casaverde