REHABILITACIÓN EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON.
Según la Sociedad Española de Neurología, el número de personas afectadas por la enfermedad del Parkinson se duplicará en los próximos 20 años, y se triplicará para el año 2050. A día de hoy, se diagnostican 10.000 nuevos casos cada año. Es la segunda patología más diagnosticada en los mayores de 65 años en nuestro país, por detrás del Alzheimer, y un 4% de las personas mayores de 85 lo padece. El 70 por ciento de enfermos de Parkinson tiene más de 65 años.
“el número de personas afectadas por la enfermedad del Parkinson se duplicará en los próximos 20 años, y se triplicará para el año 2050”.
El notable incremento en el registro de la prevalencia e incidencia del Parkinson en nuestro país, se debe a que en las últimas décadas hemos visto como aumentaba la esperanza de vida, a los avances en el diagnóstico y en las terapias ofrecidas, y a una mayor sensibilización en la sociedad.
Las consecuencias de este desorden neurodegenerativo son de tipo funcional, psicológico y social, es una patología progresiva con efectos acumulados sobre los afectados y su entorno. Las personas que sufren Parkinson ven alterada su capacidad para moverse, lo que afecta en muchos casos a su desarrollo de las actividades cotidianas, reduciendo su calidad de vida. Las capacidades motoras no son las únicas afectadas, también sufren alteraciones en el plano cognitivo y sensitivo.
A día de hoy no hay fármacos que curen o eviten su progresión, por lo que el trabajo de rehabilitación resulta fundamental para mantener la independencia funcional lo máximo posible, así como para tratar las complicaciones derivadas de la enfermedad.
Desde nuestros centros, realizamos una valoración individualizada sobre las capacidades de movilidad, cognitivas y de sensibilidad con el objetivo de diseñar terapias personalizadas con técnicas innovadoras y tecnología aplicada a la rehabilitación funcional con el fin de preservar las mayor cantidad de capacidades, retrasar el aparecimiento de nuevos trastornos, así como dotas de las herramientas necesarias para aprender a convivir con las consecuencias derivadas de la enfermedad, mejorando la calidad de vida del paciente y su familia.
Los objetivos del tratamiento rehabilitador son:
Mejorar las capacidades del paciente en las ACV (tanto cognitivas como motoras).
Conseguir adaptar psicológicamente al paciente y a su entorno a la situación.
Ofrecer las indicaciones adecuadas a la familia para que puedan actuar de forma correcta ante las situaciones que pueden surgir en su vida cotidiana.