LA HUMANIZACIÓN EN EL CUIDADO DE PACIENTES
Cada vez son más los proyectos y las iniciativas, tanto publicas públicas y como privadas, que ponen la atención en el concepto “humanización” de la atención sanitaria, señalándolo como uno de los factores clave en el sistema sanitario. Pero ¿qué entendemos por humanización?
Según el Diccionario de la Lengua Española humanizar es (1) “hacer humano, familiar, afable a alguien o algo”. (2) “Es ablandarse, desenojarse, hacerse benigno”.
La palabra “humanizar” la utilizamos para expresar el deseo de que algo sea bueno y responda a la dignidad de las personas. No es lo mismo ser humano que comportarse y vivir humanamente.
Humanizamos cuando atendemos a las personas desde su concepción holística. Un paciente es mucho más que una persona con una enfermedad; tiene emociones y sentimientos, vivencias, historia personal, creencias, entorno y circunstancias. Es una persona singular, única, que requiere de respuestas personalizadas a sus necesidades y expectativas. Salvo en algunos casos, es capaz de decidir y está desando participar. Tiene autonomía para cuidar de su vida, salud y bienestar, también derechos y responsabilidades. Un paciente es una persona que, no solamente tiene problemas y dificultades, sino que está llena de recursos y potencialidades.
Humanizar es una meta a alcanzar. Requiere una actitud y aptitud del profesional que implica a las tres áreas mental, afectiva y moral, y le incita a repensar continuamente sus propios esquemas mentales y a re-modelar costumbres de intervención para que se orienten al bien cada una de las personas. Es un compromiso activo y una responsabilidad de cada uno de los profesionales que se construye día a día con pequeños gestos, como estos:
- Mirar al paciente a los ojos, ser receptivo, dar la mano al entrar y al salir, sonreír, presentarse y ser amable.
- Llamar siempre por su nombre y considerarle un ser único con sus vivencias, su historia personal, sus creencias, su entorno y circunstancias.
- Siempre que el paciente lo considere adecuado, se debe incluir a la familia o acompañantes como unos aliados terapéuticos.
- Informar sobre el proceso de su enfermedad con un lenguaje comprensible y explícale las opciones terapéuticas. Asegurarse de que ha comprendido y resolver sus dudas.
- Involucrar al paciente en las decisiones y ayúdale a tomarlas con conocimiento.
- Respetar su intimidad y la confidencialidad de la información.
- No juzgar al paciente, acompañar en el proceso, cuídale y confórtale sin discriminación ni juicios de valor.
- Organizar las actividades asistenciales y terapéuticas teniendo en cuenta sus necesidades.
- Ser empático y sensible ante las necesidades del paciente y sus familiares.
- Cuidar la dignidad del paciente y su familia.
Desde Casaverde fomentamos la humanización en todas y cada una de las personas que están en nuestros hospitales. Cuidamos hasta el mínimo detalle, permitiéndonos una atención individualizada tanto al paciente como a la familia.
Macarena Tornos Alonso
Trabajadora social Hospital Casaverde Madrid