5º Aniversario Hospital Casaverde Mérida. 4 de Octubre de 2017
Hace cinco años abrió sus puertas en la capital autonómica como un centro de referencia regional en tratamiento de rehabilitación de daños cerebrales en todas sus esferas. Reciben a diario a pacientes del Servicio Extremeño de Salud, compañías, mutuas y también de régimen privado. Desde su puesta en marcha, Casaverde ha atendido a cerca de 1.000 enfermos, el 75 por ciento de ellos afectados por ictus. El resto, por traumas craneoencefálicos, neoplasias y lesiones medulares.
Reconocen que aunque no son frecuentes, también han trabajado en casos de rehabilitación compleja en su mayoría provocados por accidentes de tráfico que derivan en lesiones complicadas, que deben ser atendidas en centros especializados en todas las áreas como es el caso del edificio emeritense. De ahí, que a sus puertas lleguen casos de todos los puntos de España, no solo de la región. «Atendemos a muchos en régimen privado, pero también en ambulatorio», señala Francisco Rubio, director de Casaverde en la capital autonómica. En un mes tratan a 110 pacientes, y en el último año han atendido más de 5.000 consultas.
- «En estos cinco años hemos atendido a unos mil pacientes, el 75% afectados por ictus
- El resto por traumas o lesiones»
- «Tratamos a los pacientes en base a sus necesidades
- Nos marcamos unos objetivos y vamos cambiándolos conforme se superan»
Tratan cada paciente en base a sus necesidades y trabajan en potenciar las capacidades preservadas y recuperar en el menor tiempo posible su potencial. Lo hacen a través de tratamientos neuronales y físicos que han conseguido que el 85 por ciento de los ingresados regresen a sus casas. De los que son considerados graves o muy graves, el 75 por ciento disminuye su discapacidad a moderada o leve y el 60 puede llevar una vida normal, con autonomía suficiente.
Y aunque las situaciones que se dan en Casaverde ponen en jaque las emociones de cualquiera, lo cierto es que el ambiente que se respira en la instalación es de lo más familiar y cercano. Mientras que Félix, afectado por un ictus, coloca las fichas correctamente en su lugar para mejorar su capacidad cognitiva, Cristián prepara una pizza en la cocina para demostrar que es autosuficiente. Que puede hacerlo.
También los hay en los pasillos paseando junto a sus familias o disfrutando de unas vistas a la capital autonómica envidiables. Acompañados de sus cuidadores, o atendidos para que sigan sus ejercicios en la piscina o en las salas de rehabilitación. Sea donde sea, en cualquiera de sus espacios no hay lugar para el desánimo y sí para la superación. «Trabajamos también con los familiares. Es necesario. Bien para ayudarles a llevar la situación o para que sepan como cuidar a los pacientes», indica José María Porto, neuropsicólogo y coordinador del equipo.
En cuanto a si tienen o no lista de espera, Rubio explica que desde que el paciente sale del hospital en fase aguda hasta que inicia un tratamiento la media es de 7 días.
A parte de la actividad docentes y formativas de su personal, trabajan en un proyecto financiado con fondos europeos, ‘P-Ictus’ para da con un modelo predictivo de esta enfermedad en base a los antecedentes clínicos de los pacientes.
Por los buenos resultados y por que cinco años trabajando en mejorar la vida de las personas siempre son motivos suficientes para celebrar, a finales de octubre o principios de noviembre la entidad desarrollará un acto conmemorativo de estos años ubicados en la región.
Y no solo eso. El mes que viene abrirá las puertas una clínica con las áreas y especialidades del centro emeritense, pero en régimen ambulatorio, en Badajoz. Su idea es continuar creciendo y situarse también en Cáceres.
Vía Hoy Extremadura