LO QUE NOS MUEVE A MOVERNOS
¿ Por qué se mueve una persona?, ¿ qué nos motiva e infunde la fuerza necesaria después de una lesión?, ¿hasta dónde somos capaces de llegar cuando algo nos aporta un beneficio?, un beneficio que es ¿físico, psicológico, emocional, o todos a la vez?.
En todos estos años de práctica clínica es frecuente ver cómo una persona se derrumba por un esguince de tobillo de carácter grave, como una fractura les expulsa temporalmente de su propia vida, de su zona de confort, de lo que controlaban hasta el momento. En daño cerebral esta realidad es aún más devastadora, porque las alteraciones se pueden dar en todas las esferas que componen el mundo de una persona, desde la física, emocional, cognitiva, social y por supuesto la familiar. De repente el paciente se encuentra limitado, carente de la autonomía para hacerse una comida e incluso para vestirse y asearse, son sensaciones de pérdida que atenazan al paciente. Las familias se obsesionan con la idea de que su familiar no va a volver a andar y les asfixia esta convicción, hasta el punto de no llegar a apreciar las batallas que va ganando día a día en las distintas áreas donde trabajan el equipo de especialistas y que tanto esfuerzo supone para el propio paciente.
El caso de Paco es un buen ejemplo. Ingresado en el Hospital de Neurorrehabilitación Casaverde Mutxamel(Alicante), estaba desmotivado y frustrado por las dificultades motoras que presentaba como consecuencia de un ictus, con hemiparesia y una constante fluctuación del tono con pérdida del control en el tronco. El fisioterapeuta y el terapeuta ocupacional buscando opciones con evidencia, como es el trabajo en el entorno, realizaron la terapia en la cocina adaptada del Hospital, y fue entonces cuando de forma conjunta ambos especialistas trabajaron con Paco, cocinero de profesión, haciendo recetas de su propia invención. Desde el primer día se vio el cambio: mejor control postural en el tronco, los giros, los alcances, llegar a pelar la fruta e incluso la bipedestación asistida, desencadenandose por parte del paciente una potente sensación de mejoría. Paco encontró su “motor” gracias a su pasión por la cocina.
Hay una llave que bien el paciente o el equipo de especialistas que rodea al paciente debe ser capaz de localizar. Para algunos será volver a jugar con su hijo, para otros será el apoyo de sus familia, o la vuelta a su trabajo, a sus actividades de ocio o incluso a sus rutinas diarias.
El equipo multidisciplinar es parte esencial en la búsqueda de este incentivo que “mueve” al paciente a moverse, es esa parte en la terapia relacionada con la motivación que consigue una mayor adherencia al tratamiento, mayor implicación y mejores resultados porque el terapeuta y el paciente encuentra un camino común y lo recorren juntos.
Guillermo Vidal. Fisioterapeuta
Hospital de Neurorrehabilitación Casaverde Alicante