CONTINUIDAD DE CUIDADOS EN NEUROREHABILITACIÓN
La Ley 55/2003, de 16 de noviembre, de Estatuto Marco de los servicios de salud, aconseja introducir cambios en la organización de la atención sanitaria impulsando, por un lado, la agrupación de profesionales para favorecer la atención integrada y la continuidad asistencial, y, por otro, reordenando las estructuras directivas y de apoyo a la gestión, para favorecer la capacidad de decisión de las agrupaciones de profesionales y facilitar el desarrollo de la actividad con los criterios que configuran la gestión clínica.
Esta ley fomenta la coordinación entre niveles y la continuidad de cuidados, desarrollando los sistemas integrados de salud, que tienen, entre otras características, la de utilizar herramientas de coordinación de cuidados.
Ante el progresivo crecimiento de la población, el incremento de las enfermedades crónicas y el aumento de la dependencia, se hace necesaria una mayor coordinación entre los niveles asistenciales, así como de dotación de recursos, para adaptar la asistencia a los cambios en la demanda. De esta necesidad nace la figura de enfermera de enlace, encargada de garantizar una continuidad de cuidados a los ciudadanos, siguiendo una metodología científica de valoración, diagnóstico, objetivo, intervención y evolución, permitiendo un trabajo en equipo y favoreciendo la coordinación.
Por las características de los pacientes con daño cerebral, estos precisan de cuidados especiales tras el alta hospitalaria. Desde el Hospital Casaverde Madrid optamos por la continuidad de cuidados a través de la figura de la Enfermera de enlace gestora de casos, estableciendo como nexo de unión entre los diferentes ámbitos asistenciales.
Para garantizar la continuidad asistencial, evitar la fragmentación de los cuidados, y favorecer una atención de calidad, esta enfermera coordina con los profesionales referentes del paciente el alta hospitalaria siendo esto uno de los pilares fundamentales para conseguir una atención integral y continuada. A su vez, tras el alta realiza una llamada proactiva al paciente y a los familiares asegurando que las necesidades previamente identificadas están cubiertas.
Entre los beneficios del modelo de continuidad de cuidados, podemos encontrar: la organización de los recursos sociosanitarios para el apoyo de cuidados en el domicilio (bien sean cuidados por parte de profesionales, familiares o cuidadores), personalización de la atención antes y después del alta, disminución de la fragmentación del sistema sanitario además de la mejora de la comunicación y confianza entre el usuario y familias con sus profesionales de referencia.
Avanzar en este sentido beneficia directamente a los pacientes y profesionales, aumentando la seguridad y confianza como garantía de continuidad asistencial.