Reaprendiendo cada paso tras un daño cerebral
Desde que nace, el ser humano se encuentra en un estado constante de aprendizaje, desarrollando y perfeccionando con el paso del tiempo numerosas actividades motoras. Estas actividades para un adulto sano no suponen un gran esfuerzo, pero esto cambia cuando un paciente sufre una afectación neurológica y debe aprender todas aquellas actividades que se habían convertido en rutinarias, simples y que no requerían especial atención.
Para realizar un tratamiento satisfactorio y completo a un paciente con daño cerebral necesitamos un equipo de trabajo rehabilitador que abarque el mayor número de competencias, tal y como sucede en el Hospital Casaverde Mutxamel. Este equipo, formado por médico neurólogo, rehabilitador, médico general, psicólogos, neuropsicólogos, logopedas, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, enfermeros y trabajadores sociales, busca la recuperación de la función perdida, la reducción de la discapacidad y la mejora de la calidad de vida del paciente.
Una de las secuelas del daño cerebral que solemos encontrarnos es la alteración o incapacidad para realizar la marcha y el papel del fisioterapeuta es imprescindible para su recuperación. La marcha es una actividad de la vida diaria fundamental y en los centros de neurorrehabilitación, uno de los objetivos esenciales es restablecer o reentrenar el patrón de la marcha, lo que proporcionará al usuario una mayor independencia y bienestar.
La locomoción humana se caracteriza por una alternancia de doble apoyo y apoyo unipodal, es decir, durante la marcha el apoyo no deja nunca el suelo y se encuentra en desarrollo hasta los 7-8 años y, hasta los 15 años, se perfeccionan algunas características de la misma. De manera habitual, la marcha es una actividad automática y cuando la realizamos no solemos prestar atención, por lo cual se activan los centros del Sistema Nervioso Central responsables de la locomoción humana. En cambio, cuando el Sistema Nervioso Central ha sufrido una alteración ya sea por enfermedad o por lesión, nos encontramos con que los movimientos básicos de las extremidades se diferencian notablemente de los habituales de la locomoción normal.
Queda claro que caminar no es una actividad sencilla cuando se trata de reaprenderla y es por esto que es imprescindible cumplir una serie de requisitos. Si se realizase de otro modo, el conjunto de movimientos anormales que aparecen tras la lesión podrían aprenderse por repetición y resultaría un reto muy complicado el hecho de cambiarlo más adelante.
En un paciente con hemiplejia, antes de comenzar a reeducar la marcha, debe poder cargar peso en la pierna afectada. A su vez, resulta totalmente necesario que el paciente sea capaz de dar un paso por sí solo, que con la asistencia adecuada pueda andar sin aumentar en exceso su hipertonía y camine sin miedo.
Actualmente, contamos con la tecnología de nuestra parte proporcionándonos herramientas para trabajar en neurorrehabilitación y resultan cada vez más evidentes los numerosos beneficios de su uso. En los últimos años, se ha remarcado la importancia terapéutica del entrenamiento sobre el tapiz rodante con soporte parcial de peso corporal en pacientes (SPPC) que han sufrido un accidente cerebrovascular. En el Hospital Casaverde Mutxamel contamos con este sistema de entrenamiento, que se compone de una plataforma móvil de rodamiento y un soporte que permite la descarga parcial del peso corporal, a través de un arnés que se ajusta sobre el cuerpo.
Esta herramienta cuenta con una barra de apoyo manual de la que se hará uso solo en caso de necesidad. Tanto la velocidad como la pendiente son modificables, cuenta con un software con diversos esquemas de entrenamiento que pueden ser personalizados y una pantalla en la que se pueden realizar ejercicios visuales. Sin duda, una gran herramienta que ayuda a la rehabilitación del paciente. Sin embargo, no es necesario contar con estas herramientas para llevar a cabo la rehabilitación de un paciente, sino un buen equipo profesional que guíe y apoye al paciente a través de cada fase de su recuperación.
En cualquier caso, ya sea mediante el uso de últimas tecnologías o de estrategias rehabilitadoras ya conocidas, el objetivo final siempre será el mismo, conseguir la mayor recuperación posible para aumentar el nivel de independencia del paciente y, en última instancia, una buena calidad de vida.