Programa de atención familiar, la importancia de cuidar a la familia.
La familia es imprescindible cuando se habla de enfermedad o discapacidad, pues es la familia quien ayuda al enfermo, sobre todo en los casos en los que se dan situaciones de dependencia.
La discapacidad en el ámbito familiar
La discapacidad no sólo afecta a la persona que lo padece sino que repercute en todo su núcleo familiar. Esta nueva situación puede provocar cambios en las relaciones y en los roles que se desempeñaban. En este caso siempre suele haber un cuidador principal que se esfuerza por mantener, en la medida de lo posible, la calidad de vida de su familiar, llevarlo al médico, orientarle ante los problemas y realizar las tareas que él no puede hacer.
El cuidador principal
Como sucede a menudo, cuando el objetivo fundamental es el bienestar del enfermo queda en un segundo plano la figura del cuidador principal. Esta persona asume la responsabilidad total en la atención y el apoyo diario del paciente y, en muchos casos, puede olvidarse de sus propias necesidades. El cuidador renuncia a su tiempo a favor de su familiar, acepta este rol, su entorno familiar y social también lo aceptan como normal, de modo que pasa a ser una figura única, irremplazable e insustituible. Esto a largo plazo provoca una serie de repercusiones negativas tales como la falta de tiempo, problemas físicos (contracturas musculares ocasionadas trasladando al familiar, cansancio) y problemas psicológicos (insomnio, ansiedad, depresión, soledad, aislamiento). Asumir la enfermedad o dependencia de un familiar es también difícil, puede suponer un periodo de aceptación que requiera de ayuda profesional.
Es importante prestar atención a las señales de alerta como dificultades para dormir, pérdida de contacto social, cambios en los hábitos alimentarios, pérdida interés por realizar actividades que antes le producían placer, la irritabilidad con los suyos, la tristeza continua, la sensación de no agradecimiento por todo lo que está haciendo,…ya que todas estas señales son signos de alarma de sobrecarga.
Organizando las tareas en la atención familiar
Por ello es necesario enseñar a todos los miembros de la familia a participar de forma activa enfrentándose a esos cambios de roles, reorganizando tareas, repartiendo responsabilidades y aprendiendo a adaptarse a nuevas situaciones. Además para evitar esos problemas asociados al cuidado del enfermo es necesario que el cuidador no olvide practicar su propio autocuidado, manteniendo un buen estado físico y emocional. Debe buscar tiempo para acudir a sus propias citas médicas, disfrutar de momentos con la familia y amigos o seguir manteniendo alguna afición. Debe ser consciente de la necesidad de poner límite al papel de cuidador a favor de él mismo. Ante la falta de tiempo es necesaria una nueva organización, enumerar las tareas, el cálculo aproximado del tiempo necesario de realización, ordenarlas según su importancia y urgencia estableciendo prioridades, delegar en la medida de lo posible y compartir responsabilidades.
Nuestro programa de atención familiar
Ser cuidador de una persona en recuperación con un daño cerebral, una persona con un grado de dependencia, etc., es una labor complicada y a veces, muy dura. Por ello es importante seguir la premisa de “cuidar al cuidador”, pues la persona que cuida del enfermo ha de ser también cuidada y atendida. Por ello en grupo Casaverde se ha desarrollado el Programa de Atención a la Familia, una acción terapéutica de información y apoyo a aquellas personas que cuidan de los pacientes y residentes de los centros y hospitales de Grupo Casaverde. La familia tiene que comprender e interiorizar que no está sola.
Casaverde entiende el trabajo con las familias como parte fundamental del proceso de recuperación, proporcionándoles información, asesoramiento y apoyo emocional además de la formación necesaria para atender al enfermo mediante el aprendizaje de conocimientos y habilidades para el manejo de situaciones cotidianas como las transferencias, adaptación del domicilio o ayudas técnicas y el afrontamiento y manejo de la persona en relación a problemas de conducta y alteraciones emocionales.
Además, ofrece asesoramiento sobre todo tipo de ayudas y trámites, para que tanto el paciente como los familiares puedan beneficiarse de subvenciones. Desarrollar una actitud favorable y activa en la búsqueda de soluciones es una forma positiva de introducir cambios en la tarea que el cuidador ha asumido, y sobre todo, hacerla compatible con su proyecto de vida.